Cuando un varon en la calle, al paso sobre una chica desconocida, expresa frases igual que ?caray!

Cuando un varon en la calle, al paso sobre una chica desconocida, expresa frases igual que ?caray!

Sobre los piropos callejeros y otras naturalidades

?Estan cayendo angeles de el cielo! no es insolito que la respuesta sobre esta chica sea la pequena sonrisa, super probable que se sienta halagada por tales piropos. Pero esta misma mujer igualmente puede escuchar una cosa como “nena, juguemos al 42, tu te pones en 4 y no ha transpirado yo en 2” desplazandolo hacia el pelo lo mas probable podri­a ser se sienta ofendida, agredida, vulnerada en su intimidad. Desplazandolo hacia el pelo por caso, pensaremos que es natural, pues en general, esa es la misma valoracion que la mayoria de estas seres, en un contexto como este, le darian a esta suerte sobre frases callejeras, con las que generalmente ciertos varones llaman la interes de las hembras con las que no poseen ningun prototipo de relacion.

Asi­ como de el primer tipo de lisonja “decente”, nunca Tenemos ningun problema, de el segundo modelo sobre expresion, abiertamente sexual hay todo prototipo sobre inconveniente, y no ha transpirado solo en este punto, nos preguntamos ?Pero, por que carajos los miembros masculinos agreden sobre esta manera a las mujeres? Con el fin de tratar una solucii?n, hay que iniciar diciendo que en esto no Tenemos ninguna cosa sobre natural ni sobre normal.

La naturalizacion, sociologicamente hablando, radica en atribuir causas naturales a los fabricados sociales, considerando que las acciones y no ha transpirado creencias sociales deben un origen natural. Un prototipo excesivamente Naturalmente de esto, son las relaciones desiguales dentro de hombres y mujeres, lo que se justifica como consecuencia de las naturales diferencias biologicas: “las mujeres son el sexo debil”. Notese en este aspecto, que desigualdad biologica se presenta igual que equivalente a desigualdad social.

En su reforma La control Masculina, el sociologo frances Pierre Bourdieu, sustenta que a pesar sobre los procesos sobre velocidades tendientes a encoger las relaciones desiguales dentro de varones y mujeres, todos estos cambios ciertamente son aparentes, Ya que la control masculina que caracteriza la organizacion social en la cual vivimos, permanece extremadamente salubre.

Para este autor, la subordinacion de la mujer a la dominacion masculina esta en los cimientos que sostiene fuertemente la configuracion sobre relaciones que nos vinculan socialmente, desplazandolo hacia el pelo en ese significado, el ser femenino es percibido como un ‘ser para otro’, asi­ como por tanto la experiencia femenina se limita a acontecer ‘un cuerpo de otro’. Desde esta punto de vista, lo que se evidencia en la decorado de el piropo, es entonces la de el organismo expuesto a la mirada asi­ como al litigio sobre los otros, lo que convierte a las mujeres en objetos simbolicos. Ha sobre ser por tanto, el piropo, comprendido como una maniobra cultural que confirma asi­ como refuerza, en el imaginario social, la natural inferioridad sobre la mujer.

Lo cual se cumple, inclusive para los piropos callejeros, que se realizan ocurrir por halagos a la delicadeza femenina, asi­ como por lo tiempo, son aceptados socialmente. En resultado, se convierte en una accion regular, es decir, una norma social. Norma… normalidad. Sin embargo, esta suerte sobre elogio callejero igualmente resulta una ejercicio sobre genero que implica en si misma la relacion sobre permitirse, el obtener de estimar asi­ como dictaminar como deseables las formas femeninas. Sobre aca que aceptar este tipo de practicas, coadyuva, refuerza desplazandolo hacia el pelo motiva a los hombres a atreverse a espetar las mas denotadamente agresivas frases callejeras hacia las mujeres.

Entonces, ?las hembras son las culpables?

Nunca. De aclarar esto, Bourdieu responde que las relaciones sobre dominacion y no ha transpirado subordinacion de genero nunca se sustentan en decisiones conscientes, y por tanto, las subordinados, en este caso las mujeres, contribuyen, sin saberlo a su misma control. Seri­a necesario, por tanto, entender asi­ como aceptar que somos varones y no ha transpirado hembras inscritos en un disciplina social androcentrico, del cual nunca somos conscientes.

En este punto, se evidencia justamente la urgencia de dar el camino de la denuncia a ver el engendro con ‘ojos de ciencia’, sobre modo que podamos interpretarlos y originar dinamicas de apropiacion social de este conocimientos, que permita desnaturalizar asi­ como desnormalizar este, asi­ como todo arquetipo sobre practicas que guardan las relaciones desiguales sobre genero. Y no ha transpirado en lo cual ultimo las medios, por mediacii?n de las comunicadores y no ha transpirado periodistas es mucho lo que pueden elaborar.

Sociologa Magister en Difusion

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